viernes, 14 de noviembre de 2008

No he dejado de ir al cine, no creo que deje de hacerlo alguna vez, es mi alimento espiritual, mi forma de religión, mi escuela, mi deformada imagen paterna, mi escape, mi trabajo, mi tradicional e insobornable manera de mantenerme conectado y comunicado con el mundo y conmigo mismo, una forma de diálogo de la cual mi parte no ha sido exteriorizada estos últimos meses en este blog para inciertos lectores; pero aquí estoy, aquí vuelvo al ruedo. Muchas películas, también en el Dvd! un collage de celuloide.
Tres meses de filmes. De las más bellas Le voyage du ballon rouge del maestro taiwanés Hou Hsiao-hsien, que filma París y a los parisinos como si él lo fuera, sin renunciar a su estilo que aquí adquiere la forma de puesta en escena perfecta para filmar la caótica vida diaria de la protagonista (perfecta Juliette Binoche) y los momentos de intimidad, con una exacta mirada mezcla de tristeza y ternura, con algo de naif y algo de sabio. Una película bella, cálida y fina en el buen sentido.
Siguiendo con los grandes directores, Encuentros en el fin del mundo de Werner Herzog es un documental, un diario de viaje relatado por él mismo explorando en la Antártida. Que si no fuera por su inteligente y divertido relato la película sería inexorablemente aburrida puesto que lo que sucede allí y las personas que encuentra, carecen de novedoso interés y los experimentos científicos que se realizan parecen no tener demasiado sentido, y es ahí donde Herzog centra su atención y su ironía, en el "sin sentido", particular y general llegando a un punto existencial, preguntándose una y otra vez "Why?"
No comparto en absoluto el éxito de crítica que tuvo El caballero oscuro en las cuales se ha llegado a hablar de John Ford o Michael Mann, a mi me pareció una mala película llena de agujeros narrativos y por momentos agobiante, que se toma muy en serio a si misma y divierte poco, de mensaje obvio y oscura ideología así como el héroe de la función. Era mejor la anterior, con sus explicaciones psicológicas y todo, al menos tenía cierta lógica.
Mejor en todo está Iron Man, es más divertida. Se ríe un poco del personaje del superhéroe y su ego, está Downey jr en estado de gracia; la ideología es simple, clara y contundente, la sátira política adquiere un mensaje serio. Así ésta comedia es más seria de lo que parece y que de otras películas que se toman más es en serio.
Otra película irritante que dio que hablar para la crítica general: la renovación del western y cosas por el estilo, bla bla, es El tren de las 3:10 y no es que a mi no me guste el género sino todo lo contrario. Tampoco es que me sea indispensable la verosimilitud pero es que en este caso me resulto intragable. El héroe de la función (otra vez Christian Batman Bale) por ejemplo pone en peligro a su familia llevando al malo de la función (el insoportable Russell Crowe) a su propio hogar, algo que sabemos no hay que hacer, pero no les pasa nada... y eso que los malos de la pandilla de Crowe son malísimos, y eso que el granjero Bale todo lo que hace, lo hace por su familia. Luego Bale y los buenos llevan a Crowe a meterlo en el tren del título del film, que sale de otro pueblo atravesando largo periplo, Y Crowe no para de hablar comiéndole la cabeza a todos, incluido al hijo de Bale y hasta mata a algunos en el transcurso, y a nadie se le ocurre, aunque sea, darle un golpe en la cabeza para mantenerlo grogui! y se merece más que eso, pero nada... lo dejan hacer, y al final el malo (que es muy inteligente y despiadado, es de esas películas en las que el malo es un personaje interesante, atractivo, habilidoso y glamuroso) se consuela con el granjero muerto y se mete en el tren matando antes a su pandilla (???) El colmo de la tontería.
Si alguien quiere ver un buen western, y de esta década, recomiendo Open Range de Kevin Kostner que pasó inadvertida y es de los buenos buenos.
La que sí a todos nos cautivó, y me incluyo, es Wall-e, indudablemente la película de animación del año, sobre todo en una poética primera mitad que es cautivadora y de gran belleza plástica, casi sin diálogos y bastante jugada. También está muy bien la descripción del microcosmos en el que viven los seres humanos de la segunda parte. Lo que flojea un poco en el film es la trama de acción de la última parte, tal vez sólo pensada en concesión para la exigencia comercial.
Y otra que parece nos gusta a todos, incluida los críticos más serios es Tropic Thunder de Ben Stiller, una fiesta cinéfila de buenos y buenísimos gags, que no perdona a nadie. Una joya del género paródico.
Cien clavos de otro viejo sabio (Ermanno Olmi) es una de esas películas en las que uno se siente arropado, que disfruta de ver mientras lo hace. Y que deja muchas cosas para pensar. Si bien por momentos se deshilacha y se pierde un poco, tiene algunos excelentes momentos como toda la primera parte que es de lo mejor y estimulante del cine reciente.
Javier Fesser (El milagro de P. Tinto, Mortadelo y Filemón) es un director que me gusta, me atrae todo su artificio y pirotecnia visual, que en su nueva película Camino, digamos más seria, puede y resulta un tanto excesivo y criticable. Pero sostiene un alto grado de emocionalidad con estrictas artimañas puramente cinematográficas, y con el tema que toca no cae en berretadas new age o por el estilo. Imaginen esta película hecha por Isabel Coixet o Amenabar por ejemplo, sería vomitiva hasta en su título. Es una película sentimental pero también racional, dos cosas difíciles de conjugar y que casi lo consigue.
Un paso atrás es El nido vacío para Daniel Burman, que en ésta su última película llena de tópicos y lugares comunes también los son sus personajes, que en otras causaban más interés. Además de una estética chata y unos recursos agotados y agotadores.
El argentino Che de Soderbergh es correctísima, tal vez demasiado, al menos esta primera parte de la tira. Tiene un estilo seco, muy setenta, muy Costa-Gavras, muy atractiva, muy física, sin entrar en psicologismos ni en intimidades y controversias sobre el personaje. Es mucho viniendo de quien dirigió la espantosa Traffic. En verdad que la película está muy bien, no enoja y entusiasma un poco, pero tampoco para emocionarse.
Empiezo a cansarme ya de tanto darle al teclado, dejaré varias películas en el tintero virtual.
Unas cortitas más que no las quiero dejar fuera.
Tiro en la cabeza, de la cual puse el afiche en el blog luego de verla, es un experimento sobre el cine, la mirada y el espectador sumamente interesante, de lo más original, aunque sólo se quede en eso. Aún intentando algo más no lo consigue del todo, como transmitir algo interesante sobre la violencia. Es una película para quienes gustan pensar el cine, de gusto intelectual, y también un punto de partida estimulante para seguir investigando. Ya que cada espectador arma su propia historia del film mientras observa sin escuchar.
Escondidos en Brujas es un film de obligada visión en idioma original, puesto que tiene esa gracia británica tan propia que necesita de su acento, es un Tanrantino a la inglesa, un poco a lo Guy Ritchie. Y eso nada más, algunos buenos gags de humor típicamente inglés, y la ciudad de Brujas claro está, espléndidamente fotografiada. Pero la película es totalmente vacía, pura apariencia, es... nada.
Y por último el viejo y querido Woody Allen, y su Vicky Cristina Barcelona de la cual se han dicho muchas cosas ya. A Allen lo noto cansado, nada riguroso, ya poco apasionado por el cine, pero indudablemente talentoso. Como si filmara escena tras escena como quien hace chorizos en una fábrica, pero de los buenos. Me gustó más de lo que esperaba, sin duda los enredos sentimentales y neuróticos entre personajes intelectuales burgueses es lo mejor que sabe Woody hacer y se nota. Penélope Cruz es lo mejor de la función hay que decirlo.
Aunque todo tiene un sabor a "hecho de taquito" y mucha ligereza, sin cansarse ni mojarse. Parece que a Allen le interesó pasarse una temporada en Barcelona, o más bien otra cosa, porque en eso ha sido listo, la película es un éxito, no sólo en Barcelona. Allen se juntó con Barcelona y ambos hicieron clink caja, como iba a ser de otra forma?
Más allá de esto, las horas frente al ordenador me están haciendo perder la compostura veo... la película tiene buenos momentos, en otros cansa y se repite, y no la voy a tomar con rigor porque se cae a pedazos la historia, como que no es creíble que todo suceda en un verano, pero como ya dije a Allen ya no le importa nada (recordar la resolución de Scoop).
Un tema interesante que tiene el film es el imaginario yanqui sobre España, y Europa en general, ya que es sobre esos parámetros sobre los que Allen construye su película.
Reverencia, morisqueta y saludo.